Bosch, Juan. “Apuntes sobre el arte de escribir cuentos” y “Los amos”. Cuentos en el exilio. En: Brea, L. O., Navarro Zerpa, J. Colección pensamiento dominicano Volumen II. Santo Domingo, República Dominicana: Amigo del Hogar (2008).p.259-272 pdf
17 de noviembre de 2012
Reseña
Bosch,
Juan. “Apuntes sobre el arte de escribir
cuentos” y “Los amos”. Cuentos en el exilio.
En: Brea, L. O., Navarro Zerpa, J. Colección
pensamiento dominicano Volumen II. Santo Domingo, República Dominicana:
Amigo del Hogar (2008).p.259-272 pdf
El ensayo “Apuntes sobre el arte de escribir
cuentos” figura como prólogo o introducción en Cuentos escritos en el exilio de Juan Bosch (1909-2001). El cuento “Los amos” aparece en la colección de Cuentos en el exilio (1962) del mismo autor y se
ha incorporado en la Colección del cuento dominicano de los
colaboradores Luis O. Brea y Jesús Navarro Zerpa Jesús, impreso
en Santo Domingo, República Dominicana por Amigos del Hogar en 2008. Cuentos en el exilio (1960) fue escrito por Bosch en momentos en que el autor se encontraba en problemas de índole político y se vio
obligado a dejar su país y a exiliarse en Cuba. Regresó a su país natal después de
25 años y el presidente Trujillo ya había
muerto. Bosch, salió de su país en 1938 y se estableció en Puerto Rico, luego, se traslada a Cuba donde permaneció
tras su exilio. Fue cuentista,
ensayista, novelista, narrador, historiador, educador y político dominicano. Fue
el primer presidente de la República Dominicana en 1963.
Por consiguiente, en su ensayo publicado en Caracas (1960) titulado “Apuntes sobre el arte de
escribir cuentos”, establece nuevas reglas diferentes a las existentes. Abre el camino a una nueva generación exenta de las características del cuento. En
sus apuntes establece una primera ley consistente en la fluencia constante del cuento: "la acción no puede detenerse jamás; tiene
que correr con libertad en el cauce que le haya fijado el cuentista,
dirigiéndose sin cesar al fin que persigue el autor; debe correr sin obstáculos
y sin meandros; debe moverse al ritmo que imponga el tema más lento, más vivaz,
pero moverse siempre. La acción puede
ser objetiva o subjetiva, externa o interna, física o psicológica; puede
incluso ocultar el hecho que sirve de tema si el cuentista desea sorprendernos
con un final inesperado. Pero no puede detenerse” ( Bosch 69). Su segunda ley establece que “el cuentista debe
usar sólo las palabras indispensables para expresar acción. […] La palabra puede
exponer la acción, pero no la puede suplantar. Miles de frases son incapaces de
decir tanto como una acción. En el cuento, la frase justa y necesaria es la dirigida a dar paso a la acción, en el estado mayor de pureza compatible con
la tarea de expresarla a través de palabras y con la manera peculiar que tenga
cada cuentista de usar su propio léxico”(69). El
final sorprendente no es una condición imprescindible en el buen cuento. Si hay
descripción, esta debe ser muy breve y debe poner de inmediato al protagonista
en acción, física o psicológica. Bosch, sugiere colocar el principio a poca
“distancia del meollo mismo del cuento”. Para
él, el cuentista toma un hecho para construir sobre él
su obra, no cualquier hecho; debe ser un hecho humano conmovedor a los
hombres.
De igual manera, todos los apuntes encontrados en el ensayo pueden
aplicarse al cuento reseñado: “Los amos” de la colección Cuentos en el exilio. El cuento trata sobre
la explotación del campesinado
dominicano por parte de los propietarios de tierras o terrenos. Se presenta el trabajo de la tierra junto a la cría de ganado
como principales medios para ganarse la vida, una de las principales fuentes
de la economía de Santo Domingo, para
estos tiempos. La acción del cuento se inicia cuando don Pío manda a buscar a
Cristino para pagarle medio peso, por lo
que sería hoy día, licencia por
enfermedad. Cristino se encuentra
enfermo y don Pío no quiere gente enferma trabajando. Le pide que se
marche a su casa y regrese cuando se cure. Hallándose este
hombre enfermo, su amo quiere que vaya a
buscar una vaca pinta parida. Cristino se demora en salir a buscar la
vaca y su amo deduce que no
quiere buscarla. Cristino sale en busca de la vaca. Cuando se aleja, don Pío,
su amo, le comenta a una mujer llamada
Herminia, que Cristino es un mal
agradecido. La mujer asiente el comentario diciéndole: “te lo he dicho muchas
veces” (278). Ambos se quedan mirando al
hombre que “ya era apenas una mancha sobre el verde de la sabana” (272). El lector puede hacerse las siguientes interrogantes: el hombre, ¿se alejó?, ¿se desmayó?, ¿se
murió? De acuerdo con Bosch, el final del cuento no tiene que ser
sorprendente, pero en este cuento bajo estudio , es completamente abierto. El lector puede imaginar o suponer qué le pasó a este hombre al final del
cuento. También, el lector, puede juzgar la actuación del amo del hombre. El autor deja bajo la discreción del lector el final del cuento. Son muchas las inferencias que el
lector puede hacer a través del texto.
Por otra parte, Bosch, en muchas ocasiones, está en desacuerdo con otros escritores sobre lo que es un cuento, especialmente, con el uruguayo Horacio Quiroga. Sin embargo, el cuento “Los amos” es muy parecido al cuento “A la deriva” de Quiroga que aparece en Cuentos de amor de locura y
muerte (1917). Se
pueden leer, repasar o estudiar detenidamente los apuntes de Bosch citados en esta reseña y se puede
decir que parecen ser una crítica a la
cuentística de Quiroga , en especial, al
cuento en referencia. El ‘meollo” -término utilizado por Bosch- del cuento
“A la deriva” se encuentra al principio: el hombre pisa una serpiente venenosa
que le infiere una mordedura en un pie. La acción se desarrolla mientras el
personaje principal, Paulino, lucha por sobrevivir a la mordedura de la
serpiente, pero todos sus esfuerzos resultan
inútiles. En el cuento “A la deriva” abundan las descripciones
del paisaje, de la naturaleza. Esta es
partícipe del desenlace sorpréndete del protagonista, pues muere a la deriva
del río Paraná. La naturaleza está en
armonía con la acción del cuento, presagia lo acontecido al personaje principal: la muerte. Para Bosch, las descripciones deben ser breves porque “eso aburre al lector”, recomienda no extenderlas y dar paso a la acción. En cambio, en el cuento ‘Los amos”, las descripciones son cortas o breves. El
autor se concentra más en el desarrollo
de la acción para hacer énfasis en el tema a desarrollar. Se mencionan algunos elementos de la
naturaleza tales como: el sol, las lomas y la sabana. El sol juega un papel
importante en el estado anímico del personaje enfermo, además de indicarnos el
momento del día desarrollado en el cuento. El tiempo cronológico en el cuento “Los amos” es corto al igual que el de la “A la
deriva”. En “Los amos” el cuento
comienza cuando llega Cristino a la casa de su amo, conversan y este sale en
busca de la vaca. En el cuento de Quiroga, la acción comienza cuando el hombre es mordido
por la serpiente hasta la tarde de ese mismo día cuando muere.
En ambos cuentos se presenta una descripción minuciosa o detallada de la condición enfermiza de ambos protagonistas. La sintomatología de la muerte paulatina de Paulino y la sintomatología de la enfermedad de Cristino son semejantes. Paulino tenía un dolor agudo en los dos
puntos violetas de la mordedura infringida por la serpiente que invadía todo el pie. El dolor seguía aumentando. De repente, sentía dos o tres
fulgurantes punzadas hasta la mitad de la pantorrilla, no sentía nada en la
garganta. El dolor llegaba hasta la ingle. La pierna entera hasta medio muslo,
era ya un bloque deforme y durísimo que
reventaba la ropa. Se sentía helado hasta el pecho. Hacia el desenlace del cuento, estiró los dedos de la mano y cesó de respirar. En “Los amos” la sintomatología de Cristino
era la siguiente: sus manos eran amarillas, su caminar era lento y le dolía la
cabeza. Se sentía mal, se sujetaba el pecho. El frío lo dominaba. Le temblaban
las piernas, Lla lengua le pesaba. Caminaba con paso torpe como si fuera
tropezando. Algo andaba mal , y este hombre “ya era apenas una mancha sobre el verde de la sabana”. Ambos
cuentos han sido desarrollados sobre temas pertinentes para el hombre: la
muerte y la explotación del obrero. Solo
se detiene la acción con el final trágico de los personajes principales:
Paulino muere y se puede inferir que Cristino también. Si se analizan los dos
cuentos con mayor profundidad podrían
establecerse más semejanzas.
Por otra parte, Bosch, en Cuentos en el exilio
presenta, sin indicar “retrata” porque eso no es lo que él pretende, parte de la vida de los campesinos dominicanos,
sus problemas y vicisitudes. Abelardo Díaz Alfaro (1919-1999), quien pertenece
a la Generación del 45 en Puerto Rico, trata de entender la realidad puertorriqueña
en especial las condiciones sociales del campesino y hace un retrato de esa
sociedad. El autor de Cuentos en el
exilio parte de esa gran bóveda dominicana para escribir sus interesantes y
extraordinarios cuentos. De igual manera,
llama la atención de estos dos escritores, Abelardo y Bosch, el querer relacionarse con la vida de sus compatriotas en el campo.
Un mapa conceptual de arte de escribir un cuarto
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