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La visión de la mujer


Adelaida López López
12 de diciembre de 2015

La visión de la mujer
             A través del tiempo, he disfrutado de la experiencia de estudiar una variedad de poemas líricos tradicionales y contemporáneos de diversos autores. La diversidad estriba en la calidad literaria  y  en la temática. Muchos de los poemas  han sido fuente de inspiración y servirán para desarrollar el tema seleccionado “La visión de la mujer”.  La mujer se ha desenvuelto  dentro de  una sociedad patriarcal y tradicional.  La función principal era realizar labores  domésticas y su rol era  solo de madre y esposa.  Dentro de algunas de las actividades permitidas se encontraba tocar el piano y bordar.  Algunas  de las  cualidades que la distinguían eran la emotividad, la sensibilidad, la humildad y no la inteligencia ni el espíritu de lucha que se le otorgaba al hombre.  Al hombre se le consideraba un ser inteligente, lógico y racional. Las tareas de escribir y publicar eran reservadas para el hombre.  Desde principios  el siglo XIX,  la incorporación de la mujer a la fuerza laboral y  a los estudios ha determinado el desarrollo de la conciencia del ser femenino.  La mujer fue luchando,  exigiendo y obteniendo el derecho a la igualdad política, económica y social que le corresponde. La presencia en la literatura fue, también, en ascenso, llegando a destacarse en  diferentes géneros literarios.
 En este ensayo resaltaremos la visión de la mujer  como escritora y gestora  de uno de los géneros literarios más destacados: la poesía.  Desfilarán las siguientes poetas  y sus respectivos poemas en los que se destaca la visión de la mujer propósito fundamental de este análisis filosófico: Sor Juana Inés de la Cruz[1] : “Hombres necios”, Alfonsina Storni[2]: “Tú me quieres blanca”,  Gertrudis Gómez de Avellaneda[3]:  “A él”, José Martí[4]: “La niña de Guatemala”, María Viviana Benítez[5]  : “La flor y la mariposa”, Julia de Burgos[6]: “Ay ay ay de la grifa negra” y “A Julia”, Aída Cartagena[7]: “Una mujer está sola” , Gioconda Belli[8]: “Y Dios me hizo mujer”, Luis Palés Matos[9]: Danza negra”, Ernesto Cardenales[10] : “Oración por Marilyn Monroe” y el cantautor, compositor , músico y productor dominicano Juan Luis Guerra[11] con “Que me des tu cariño” y “Si tú no bailas conmigo”.
  La primera poeta en recibir atención es, la mexicana,  Sor Juana Inés de la Cruz y su poema “Hombres necios”. En este se presenta la mujer que reclama su posición y hasta en cierta medida,  respeto en una relación amorosa. Le reclama al hombre distorsionador de  la reputación de una mujer. Dice la voz poética, que en muchas ocasiones,  el hombre es el responsable de lo que hace una mujer porque él es quien la seduce; se cuestiona quién es el responsable, el que peca por la paga o el que peca por pagar, refiriéndose en este caso al amor comprado o a la ramera. Esa es precisamente la idea, la mujer se topa con un hombre y luego él la desprecia, la responsabiliza por todo lo que pase. Es un poema en defensa de la mujer. Ernesto Cardenales replica esta defensa en su poema “Oración por Marilyn Monroe”. En esta ocasión, el sujeto creador pide oración por una mujer famosa, dedicada al modelaje, a la fotografía y al cine.  Se resalta que ella fue una actriz a quien le daban  un  guion a seguir. Connotativamente se expresa que ella era una mujer como cualquier otra. Tal vez, muchas de sus ejecutorias o señalamientos  estaban relacionado con su quehacer profesional  y a pesar de lo que  ella haya sido, indica el autor que hay que orar por ella. Hay que elevar una plegaria para que no sea culpada.
Otras poetas que siguen la misma trayectoria temática de Sor Juana Inés de la Cruz, pero en siglos diferentes son: la autodidacta María Viviana Benítez con su poema “La flor y la mariposa”, Alfonsina Storni con “Tú me quieres Blanca” y Julia de Burgos con el poema “A Julia de Burgos”. María y Alfonsina Storni, en los poemas indicados, expresan el rechazo a la opresión masculina, tema que ha desarrollado también, Sor Juana Inés de la Cruz. En cambio,  Julia muestra una actitud de independencia y feminismo en su poema “A Julia”. El mensaje de Julia va directo a conservar la autenticidad y vivir sin preocupaciones por “el qué dirán”. A este grupo  de poetas que  se expresan en contra de la opresión masculina podemos añadir a  Gertrudis Gómez de Avellaneda con su poema “A él”  y a Gioconda Belli. En el poema de la cubana observamos una voz poética generosa y llena de amor a pesar de la adversidad.  Presenta a la mujer desde el punto de vista del desamor. Es una voz poética femenina que le dice adiós para siempre a su amado, pero por otra parte,  ese amor no tendrá fin, lo seguirá amando.  A pesar de su sufrimiento  le desea lo mejor. Vemos una ruptura con cordura, razonada: /Vive dichoso tú […]  /  y siempre tendrá en su alma un generoso perdón. Aunque ella no sea feliz, desea que él sí lo sea.  Vemos un amor desinteresado, desmedido.  Gioconda Belli en su poema agradece a Dios el haber nacido mujer. Su estilo feminista se puede equiparar al de Julia de Burgos cada vez que se compara la mujer con el hombre. Ellas establecen la supremacía de la mujer. 
Por otra parte, una de las grandes escritoras de la literatura dominicana,  Aída Cartagena en su poema titulado “Una mujer está sola” (1953), apela a la inclusión de la mujer en los temas y asuntos mundiales. Como mencionamos en la introducción de este trabajo, la mujer ha tenido que enfrentar grandes luchas y retos para establecer la igualdad de condiciones  en la sociedad.   El título de este poema es  completamente literal “una mujer está sola”, desnuda, sin nadie que le preste un traje  para vestir una voz, sola ante el mundo que es una piedra humana.  Hermosa esta metáfora” piedra humana”  para presentarnos a un mundo insensible. Vemos a una mujer preocupada por su país cuando este se encontraba inmerso en una dictadura. Se observa la visión de la  mujer en los asuntos políticos del país. La incorporación de la mujer en los asuntos políticos ha aumentado a fines  del siglo XX, pues no era común la inmersión de  la mujer en este campo.       
En “Ay ay ay de la grifa negra” de la poeta, educadora y dramaturga Julia de Burgos  y “Danza negra”  del  guayamés Luis Palés Matos se resalta a la mujer de descendencia negra. Se destacan sus características físicas y el elemento negrista como evidencia de la fusión de raza y etnia puertorriqueña.  Ambos describen la negrura como elemento plasmado  en el  pelo, el cuerpo, los labios, la nariz.  Estos poemas muestran la evolución de la raza puertorriqueña  a través de la historia, la búsqueda de la identidad de la que tanto se ha hablado en nuestro país.
No podemos finalizar sin analizar la visión de la mujer desde el punto de vista erótico, sentimental  o romántico. Tal es el caso de José Martí y su poema “La niña de Guatemala” donde vemos a una joven que supuestamente muere por amor: /Se entró de tarde en el río/ la sacó muerta el doctor; / dicen que murió de frío, /  yo sé que murió de amor./ Esta joven pudo haberse suicidado. Sabemos que nadie “muere de amor”. Hay un pasaje bíblico  que dice “el amor es sacrificado”. Muchas mujeres llegan hasta la muerte por un desamor. Esa es la orden del día en Puerto Rico: violencia doméstica.  Hoy día ese pasaje bíblico se ha trastocado, se habla de sacrificio desde un punto de vista positivo para mantener una relación amorosa no para destrozar una vida.
 A este grupo de escritores románticos por temperamento incluimos, también,  a  Gertrudis Gómez de Avellaneda con su poema “A él” y al gran cantautor dominicano Juan Luis Guerra con sus poemas musicalizados  “Que me des tu cariño y “Si tú no bailas conmigo”. En ambos poemas de Juan Luis Guerra, la voz poética enaltece a la mujer amada. Se presenta a la mujer como pieza fundamental en la vida de un hombre: / es mejor vivir un día contigo/ que vivir  mil años sin tu abrigo/  dice el poema “Que me des tu cariño” y  en “Si tu no bailas conmigo” prefiero no bailar. Connotativamente  tiene que ser la mujer preferida, la elegida   o ninguna.  Estos son poemas llenos de musicalidad, metáforas y símiles  que enamoran. 
 Para exponer la visión de la mujer hay diversos temas en la poesía y otros géneros literarios. La poesía es el mejor género para hablar de la mujer,  pues es un ser romántico por naturaleza. La mujer es poesía para hombres y mujeres.  En términos generales, se concluye que en estos poemas hay compasión y solidaridad con la mujer sin importar que su autor sea  hombre o mujer. Algunos de estos poemas se han escrito con datos, situaciones o cosas concretas. El elemento prosaico ha sido parte de algunos de ellos como por ejemplo el de Marilyn Monroe.  Podemos concluir que el psicoanálisis es parte de la poesía lírica. A través de él se palpan las satisfacciones, sentimientos, amarguras, ideas y  pensamientos, entre algunas cosas, de la voz autoral.  A pesar del contexto histórico y social de cada uno de los poemas  estudiados no se observa un cambio drástico en torno a la visión de la mujer. La temática presente en cada uno de ellos es vigente. Todos resaltan significativamente la imagen de la mujer amada o desilusionada. La mujer es utilizada como un referente al cual se le atribuyen una serie de cualidades. También se destacan las voces  en contra de  la opresión masculina y social. No  se observa el carácter subordinado que se le había dado a la mujer. Ella es parte fundamental e importante en el establecimiento de la equidad de género en la población.            




[1] 1515-1582, mexicana
[2] 1892-1938, argentina
[3] 1816-1873, cubana
[4] 1853-1895, cubano
[5] 1783-1873, puertorriqueña
[6] 1914-1953, puertorriqueña
[7] 1918-1994,  dominicana
[8] 1948, nicaragüense
[9] 1898-1959, puertorriqueño
[10] 1925, nicaragüense
[11] 1957, dominicano

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